Se veía venir. Los entrenamientos del Barcelona son a puerta cerrada, pero era un secreto a voces que Carles Puyol se estaba encontrando cada día mejor y ayer se confirmó: viaja a Lisboa. Le habían pronosticado de cuatro a seis semanas de baja, pero tres han sido suficientes. Una nueva recuperación milagrosa del capitán. Ya van unas cuantas.
Puyol se rompió la cara en Pamplona y se perdió a los tres días la ida de la Supercopa en el Bernabéu, aunque viajó y lo intentó hasta el último momento. Entonces ya dejó una frase para la historia: "Estaba dispuesto a jugar, pero sufría molestias en las cervicales, mareos y no me sentía el brazo izquierdo". Tal cual. Así es Puyol.
Con el Clásico del próximo domingo de fondo y con su amigo Piqué también lesionado, el capitán se empeñó en acortar los plazos. Y lo ha logrado. El Real Madrid obra milagros. La más célebre recuperación fue hace dos temporadas, cuando Puyol llevaba tres meses sin jugar por culpa de una tendinopatía en la rodilla izquierda y, un día antes de viajar al Bernabéu, en el primero de los cuatro Clásicos de aquella temporada, entró de manera sorprendente en la convocatoria de Guardiola. Y jugó de titular, claro, aunque no aguantó todo el partido.
El defensa podría tener algunos minutos frente al Benfica, igual que Andrés Iniesta, que también recibió el alta médica ayer tras dos semanas lesionado y con el que se está yendo con extremo cuidado para evitar recaídas. Ambos se entrenaron ayer con el grupo con normalidad. Adriano sólo realizó una parte de la sesión junto a sus compañeros, pero también viaja a Lisboa.
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